Hacer tu propia huerta, en el patio o en el balcón, puede resultar tan divertido como un juego, pero es mucho más que eso. Animate a una actividad que trae múltiples beneficios para vos, para tu familia, para el medio ambiente, y además es un arma secreta contra el aburrimiento.

¿Qué necesitás?

-Latas y botellas para reciclar 

-Cajones de verduras 

-Tierra negra 

-Semillas de temporada 

-Palitos de brochette

-Cartulinas de colores 

-Herramientas de jardinería
-Regadera 

-Guantes

¡A trabajar! 

Primero prepará la tierra negra por un lado, en un recipiente amplio. Podés agregarle fertilizante si hay en tu casa.
Luego prepará los recipientes para armar los almácigos: las primeras macetitas donde germinarán las semillas. 

Podés reciclar botellas de aceite, latas de conservas, pintarlas para reutilizarlas una y otra vez. 

Luego en cada recipiente sembrá semillas de temporada. Este otoño podés germinar semillas de verduras de hoja como acelga, achicoria y lechuga. También arvejas, cebollas, rabanitos, remolacha o zanahoria. 

Cuando las semillas germinen y se conviertan en plantines, habrá llegado el momento de trasplantar en el patio, en una zona preparada especialmente para hacer la huerta. O también podés trasplantar a cajones de madera con tierra negra o grandes tachos de pintura reciclados para este fin. 

Organizá tu huerta por sectores diferenciados, colocando los plantines a 15 cm. de distancia. 

Regá dos veces al día, temprano en la mañana o en las tardes, con una regadera de mano. 

Y cuidá las plantas con amor, arrancando malezas y yuyos invasores, hasta el momento de la cosecha. 

Fuente: INTA