Lejos quedaron los días en que los juguetes eran simples objetos inanimados. El boom de los drones ya está aquí y te contamos sus ventajas.

En estos días no es necesario ser un personaje de Star Wars para tener contacto con robots y drones. Cada día hay más desarrollos y productos que dan como resultado sofisticadas máquinas tecnológicas que pueden cumplir diversas funciones útiles para nuestra vida: limpiar pisos, cortar el césped, transportar cosas por el aire, filmar desde las alturas y, por supuesto, jugar.

Los drones y los robots son los juguetes del momento y cada vez hay más modelos adaptados para chicos. La interacción con estos aparatos no se limita al control remoto si no que involucra competencias de programación básica, coding e ingeniería. Es decir, por ejemplo en el caso de los robots, además de comprar uno hecho, podés aprender a armarlo vos mismo.

Esto no significa que por usar estos nuevos juguetes te convertirás en un genio por arte de magia, si no que te familiarizarás, casi sin darte cuenta, con las nociones básicas de robótica, involucrando tu creatividad por ejemplo, para crear un nuevo dispositivo y animarlo de acuerdo a tus gustos.

Básicamente los drones son pequeños dispositivos voladores no tripulados a control remoto. Se puede hacer infinidad de cosas con ellos: sacar fotos, filmar, transportar cosas de acuerdo a su capacidad para levantar peso. La gracia de este juguete es su programación, que incluye por ejemplo la posibilidad de hacerlo volver solo a la casa, además del placer de hacerlo volar.

Tener un drone también implica una cuota de responsabilidad. Antes de usarlos hay que aprender a pilotearlos a la perfección. No es recomendable hacerlos volar en espacios cerrados porque pueden provocar grandes destrozos, y al usarlos en la vía pública hay que tener muchísimo cuidado para no provocar accidentes.